Asesinatos de alto perfil presionan a la nueva Presidenta de México

Por Christine Murray

Un sábado por la noche, Gerardo Gama se encontraba en la puerta de su tienda cuando unos pistoleros salieron del bar de enfrente, uno de ellos disparando su arma. Gama se escondió rápidamente detrás de un auto. Diez jóvenes murieron en el ataque que conmocionó a la ciudad de Querétaro, en el centro de México.

"Nunca había sucedido algo así", dijo Gama, de 60 años, sobre el ataque del mes pasado en Los Cantaritos, un bar del centro de la acomodada ciudad. "Todos estamos sorprendidos, porque sinceramente era un barrio muy tranquilo. Si los delincuentes tienen problemas entre ellos, los asesinos ajustan cuentas entre sí. Pero esto fue increíble. No hacían más que disparar por todos lados".

Aunque la tasa global de homicidios en México ha descendido ligeramente desde su máximo alcanzado en 2020, la fragmentación y diversificación de los grupos criminales ha fomentado la desaparición de miles de personas cada año y ha llevado la violencia extrema a zonas antes pacíficas. Ataques como el de Querétaro demuestran que los delincuentes se han envalentonado.

Los responsables son decenas de grupos diferentes, pero los mayores cárteles de la droga que venden fentanilo en EEUU están en la mira del presidente electo Donald Trump mientras se prepara para asumir el cargo, junto con los flujos migratorios hacia el norte impulsados en parte por la violencia en América Latina.

Trump ha amenazado a México con aranceles si no puede detener el flujo de drogas hacia el norte, mientras que muchos republicanos estadounidenses quieren designar a los grupos como organizaciones terroristas extranjeras. El elegido de Trump para el puesto de asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, fue copatrocinador de una propuesta de ley para autorizar el uso de la fuerza militar estadounidense en México.

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La incidencia de asesinatos de alto perfil mientras Trump se prepara para asumir el cargo han elevado la temperatura del debate. En el noreste, facciones del cártel de Sinaloa se han enfrascado en batallas diarias. En el oeste de Guerrero, un alcalde fue decapitado en octubre días después de asumir su cargo. La masacre de Querétaro puso de manifiesto la magnitud de la tarea que enfrentan la presidenta Claudia Sheinbaum y las autoridades locales.

"Estalló la burbuja", dijo el activista local Waltter López. "Si esto pasó en Querétaro, entonces nadie está seguro en ninguna parte del país".

El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, exjefe de policía de Ciudad de México Omar García Harfuch, dijo que los pistoleros de Querétaro buscaban a objetivos específicos de un grupo rival. Los medios de comunicación locales dijeron que una de las víctimas estaba presuntamente afiliada al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), uno de los mayores del país, que se ha expandido violentamente en la última década.

Al parecer, los agresores pertenecían al cártel de Santa Rosa de Lima, un grupo regional surgido del robo de petróleo y radicado en el vecino Guanajuato, el estado con el mayor índice de homicidios este año. Las autoridades de Querétaro llevan mucho tiempo intentando mantener a raya la violencia procedente del estado vecino, pero una serie de incidentes han alarmado a la población local.

Querétaro, cuna histórica del movimiento independentista de México frente a España, ha sido un ejemplo del desarrollo industrial del país desde que firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con EEUU y Canadá a principios de la década de 1990.

Una vasta extensión de polígonos industriales blancos y grises rodea la capital homónima del estado, que tiene 2.4 millones de habitantes. La empresa canadiense Bombardier fabrica carrocerías de aviones, Amazon Web Services está invirtiendo US$5 mil millones en construir un nuevo centro de datos y millones de turistas acuden cada año a sus plazas principales y el acueducto de la época colonial.

La tasa de homicidios el año pasado fue de apenas siete por cada 100.000 habitantes, menos de la mitad del promedio nacional. Sin embargo, en el vecino Guanajuato, donde se encuentran las plantas de Toyota y General Motors, se registró una tasa de homicidios de 40 por cada 100.000 habitantes.

David Saucedo, consultor de seguridad, dijo que la violencia estaba relacionada con la expansión más amplia y violenta del CJNG por todo el país en la última década. "Hay una guerra civil en el submundo criminal de México".

Sheinbaum, que asumió el cargo en octubre, está sometida a una intensa presión para que demuestre que tiene una estrategia para combatir el derramamiento de sangre. Los ciudadanos nombran sistemáticamente la violencia como el mayor problema del país; México se mantiene entre los 15 países con más asesinatos en relación con su población.

El exPresidente Andrés Manuel López Obrador, cuyo mandato terminó en septiembre, proclamó un enfoque de "abrazos, no balazos". Fue un cambio con respecto a la "guerra contra las drogas" más dura de su predecesor, bajo el cual aumentó la violencia. Pero luego, durante el sexenio de López Obrador como presidente, los asesinatos y las desapariciones aumentaron aún más, hasta alcanzar niveles históricos. Eso no impidió que Sheinbaum, su sucesora elegida, ganara las elecciones en junio.

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El mes pasado, el embajador estadounidense en México, Ken Salazar, dijo que López Obrador le había cerrado la puerta a la cooperación bilateral en materia de seguridad. Pero en una llamada con Trump esta semana, Sheinbaum dijo que ella había hecho hincapié en la necesidad de trabajar juntos.

Ha seguido adoptando un enfoque militar hacia la seguridad pública, situando a la Guardia Nacional bajo la tutela de la Secretaría de Defensa y recortando en un tercio el presupuesto de seguridad civil para el próximo año. Pero también nombró García Harfuch para dirigir un enfoque basado en la investigación que llevó a cabo este mes una inusual serie de detenciones de funcionarios locales presuntamente corruptos. También llevaron a cabo la mayor redada de un cargamento de fentanilo de la historia del país, un aparente esfuerzo por evitar los aranceles estadounidenses.

"Ahora tenemos un collage con componentes de ambas estrategias", dijo Saucedo sobre los dos primeros meses de Sheinbaum. "Hemos tenido dos administraciones del partido Morena, así que tienen que dar resultados".

La legislación mexicana divide la responsabilidad de la seguridad entre las autoridades locales y federales, por lo que la coordinación es esencial.

Tras la masacre del mes pasado, la fiscalía estatal ha detenido a dos de los pistoleros. El alcalde de Querétaro, Felipe Fernando Macías, dijo que la ciudad ha estado cerrando bares que incumplen las normas, inspeccionando más vehículos y realizando evaluaciones de confianza de la policía cada seis meses.

Fuera del bar Los Cantaritos, las flores secas yacían en el suelo con fotos de las víctimas, todas ellas de entre 20 y 30 años. "Tiene que haber un cambio de rumbo en la estrategia de seguridad porque esto no se va a acabar", dijo López. "No podemos tener otro Cantaritos, ni aquí ni en ninguna otra ciudad".